jueves, enero 05, 2006

Amistad, decisión y otras cosas añejas...

Y finalmente ocurrió...
Nos convertimos en extraños, quizás siempre lo fuimos...
Ya no hay contactos, salvo los inevitables que sólo nos encuentran en algún lugar común o en alguna conversación en que ambos seamos parte de un diálogo por casualidad. Ya somos más parte de un desencuentro constante que quizás yo vislumbraba, pero como líneas de una historia que no era la nuestra. No hay conocimientos de nuestras vidas, ni abrazos, ni apoyo gratuito en que no sea necesario buscar ni pedir.
A pesar de todo puedo entenderlo, aunque la desilusión no mengua. Se trata de una especie de compensación en donde la deuda que no alcanza a cubrirse soy yo, sólo que hoy he decidido pagar esa deuda.
Siento que inevitablemente la gente que he logrado querer se va de mi vida, como si Dios me los prestara por un ratito y yo los cuidara y comenzara a quererlos sin trabas, entonces, cuando ya empiezo a sentirlos parte de mí, desaparecen, como si la única alternativa que tuvieran para seguir con sus vidas, fuera desprenderse de mí. Yo no tengo esa opción, al menos no la he tenido hasta ahora. Sólo soy un sujeto pasivo frente a la situación, nada puedo hacer, salvo aceptar. Quizás mis necesidades no sean del todo importantes, después de todo la exageración ha sido siempre una forma adoptada por mí, aunque involuntariamente.
Es tan extraño cómo parte de uno se proyecta de alguna u otra forma con cada persona que pasa a ser un personaje con parlamentos en el guión del libro de nuestra vida. A los padres unos los ve como abuelos de nuestros hijos, a los hermanos, como la compañía perfecta para un asado de fin de semana, un almuerzo dominical o unas vacaciones con sus hijos y los nuestros creciendo juntos. A los amores... con una familia común y los sueños consecuentes. A los amigos... bueno, los amigos son parte de todo eso anterior, comparten todas nuestras proyecciones.
De pronto todo eso se esfuma... pero es una posibilidad que siempre existe, sólo que durante un largo período se ignora, por no querer aceptar que puede ser el desenlace que nos toque a nosotros. Sin embargo hay cosas que nunca cambian, quizás los finales no sean los esperados, tal vez los proyectos no se concreten, pero lo vivido ya nadie puede destruirlo, y los recuerdos son gratis y absolutamente personales, viven dentro de cada uno y nadie puede privarnos de ellos. En alguna parte de nosotros siempre vivirá el recuerdo del otro, incluso un trozo de su olor.
Admiro esas decisiones, las entiendo absolutamente... sacrificar lo menos por lo más, lo más siempre será el amor verdadero, yo lo veo así. Quizás no he tenido la bendición de conocer el mío o de tenerlo algún día, tal vez mi visión del amor no es algo que se pueda llevar a la realidad, tal vez nadie pueda amarme de la forma en que yo quiero sentirme amada o tal vez nunca tenga que enfrentarme a una decisión tan radical como elegir, pero sí tengo la convicción de que el verdadero amor es de un valor que llena todos los espacios existentes en el mundo. Me encantaría que alguien pudiera sacrificar así por mí, si es que se le puede llamar sacrificio.
Tal vez no conozco del amor, mis intentos por conocerlos han sido fallidos, aunque no por eso menos intensos, pero sí conozco muy bien la amistad, eso sí.
La amistad es incondicionalidad, amor fraternal, oídos y abrazos, compañía (aún cuando no se solicite) y sacrificios también. Al parecer todas las manifestaciones de amor requieren sacrificios: tolerar humores, compartir tiempo que destinábamos a otro fin, aceptar regaños y verdades dolorosas. Entonces yo, que siempre me he esforzado por ser una buena amiga, debo ser capaz de entender eso.
Finalmente lo entiendo, y sólo me queda hacer mi parte: sacrificar mi lugar en tu vida, aunque tú lo hayas decidido antes.
Si Dios existe y te dio el verdadero amor, entonces tú eres mejor que yo en muchas cosas, y hoy lo valoras como lo que verdaderamente es: una bendición para los más religiosos, un regalo de valor no cuantificable para los más prácticos, por eso admiro que puedas vencer tus propias tentaciones por dignificarlo. Mi mensaje en esta historia es sólo vivir.... vivir, respetar y exaltar ese amor, por ser único, especial y por todo lo que te ha dado. Yo quedaré en ti, hasta que tu memoria se haga más frágil con los años y me olvides sólo como consecuencia de ello...

2 comentarios:

Unknown dijo...

una pura cosa , no creo q la vida sea lo suficientemente justa como pa regalarle el amor verdadero a quen se lo merece o q quen lo encuentra o cree encontrarlo sea mejor en ningun sentido, sino q mas bien me parece , q las cndiciones de nuestra vida responden a profundas nececidades del alma de tener ciertas condiciones para aprender ciertas lecciones.
quiza exiten personas q aprenden mejor de la soledad , de los sufrimiento , o quiza hay personas q son mas valientes y se atraven a fraguar su alma a mayores temperaturas.
tb he sentio eso q tu deci de q hay personas q aparecen en la vida como prestadas , solo lo sufienciente como para acostumbrarse a ese calor , pienzo q quiza para cierto tipo de personas debe ser asi , q quiza para ese tipo de personas seria malo sentirse demaciado agusto en ese calor por muxo timepo , quiza esas personas prestadas solo se quedan el tiempo suficiente para aportarnos justo aquello q nececitaba nuestra alma , y luego se retiran para permitirnos tener nuevas nececides , de todas maneras si bien todas esas personas viviran en nuestros corazones y nosotros en los de ellos , no todos lo haran de la misma manera , quiza como dices para algunos el tiempo termino por borrarnos de sus vidas , pero creo q todos en su vida tendran a esos pocos culla guella tanto en nuestras vidas como en las de ellos sera imborrable.
puxa q me alargue , no te he visto conecta en toa la semana , te toy exando de menos (la dura q si) te llamaria pero tengo el telefo cortao por no pago. bueno q esti bien.

Jacinta dijo...

2 cosas:
Con respecto a tu comentario: toda la razón... esta fue una cuestión que escribí hace tiempo, cuando mi amigo Eduardo tuvo que optar entre el amor y la amistad... a raíz de él fue que escribí eso del amor verdadero... él dice que lo encontró y le creo, por qué no... quizás nosotros somos más exigentes o esperamos mucho más a niveles que no todas las personas entienden o consideran...
Con respecto a lo otro, no me he conectado en verdad, mo hna. me expulsó del msn y además estoy llena de mil ochocientas cosas, también te extraño, obvio...
Espero verte luego...