domingo, abril 30, 2006

Carlos Campos, para ti

Quise decirte unas cuantas cosas... quizás tú nunca tuviste el mismo interés en decirme unas cuantas a mí...
Acá estamos... un extraño encuentro algo cruel que nos presentó la vida nos hizo ver las caras por última vez, como una última jugarreta endemoniada del destino...
Aún no sé si sólo fui yo quien vio tu rostro en esa cama blanca con olor a muerte o tú puedes ver el mío ahora... con tu imagen en mis ojos, con tu olor en mi memoria...
No es sólo mi culpa... tu orgullo también nos envolvió en ese silencio doloroso que yo moría por romper y tú decidiste conservar... ese miedo tuyo a verte como un hombre vulnerable frente al resto... ese miedo mío a verme vulnerable frente a ti...
Te admiré hasta el último día... tu inteligencia, tu extraño humor, tus excentricidades, tus obsesiones... Ahora hasta extraño ese abdomen anexo a tu delgado cuerpo, tu olor, tus flores, tu voz fuerte, tus palabras destinadas a herir... tu cigarrillo y tu vaso de ron con hielo... Kenny G, The Who...
No sé si alguna vez supiste de mi amor por ti, quizás jamás pensaste en eso, en que te queríamos silenciosamente... no te culpo... te pareces a mi madre, yo también me parezco a ella... por eso estamos así... por eso ella también tiene tu imagen clavada y seguimos escuchando el sonido de tu despedida... por eso seguimos esperando que abras las ojos para hablarnos con una mirada al menos...
Sólo espero, si ahora estás en algún sitio, puedas ver con claridad lo que había fuera de las altas murallas que con tanto placer construiste... Ojalá puedas sentir cada lágrima derramada, cada beso de agua, cada gota de amor...
No sé si puedes ver esto ahora, pero... te amo.... no sé si sirva de algo, pero... perdón... no sé si viene al caso, pero... te perdono el silencio....